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Tras la Huellas de Monseñor Proaño: El profeta de la Iglesia de los pobres y el obispo de los Indios

Su testimonio a favor de los derechos humanos y de los derechos de los Pueblos indígenas es una fuente renovadora hoy por la defensa y promoción de los mismos

A finales de enero se celebró en varias ciudades de nuestro país un aniversario más del natalicio de monseñor Leonidas Proaño, ex obispo de la diócesis de Chimborazo.

Su vida, su palabra, su testimonio siguen siendo un ejemplo singular después de 30 años de su ‘pascua’ ocurrida en 1988. Su liderazgo eclesial y social ilumina el caminar de muchos.

Monseñor Leonidas Proaño hace parte de los ‘Padres de la Iglesia’ de América Latina por haber encarnado de una manera relevante el seguimiento de Jesucristo a lo largo de toda su vida. Su testimonio a favor de los derechos humanos y de los derechos de los Pueblos indígenas es una fuente renovadora hoy por la defensa y promoción de los mismos.

Habiendo tenido la gracia de tratarlo durante más de 10 años, puedo afirmar que tenía claros 3 ejes que guiaban su vida: la solidaridad con los pobres, la unión de la fe con la vida y el protagonismo de los pobres organizados.

Al ejemplo de Jesús, Proaño hizo la opción por los pobres, porque los pobres son las víctimas inocentes de la injusticia, son los ‘empobrecidos’: Empobrecidos por los patronos, empobrecidos por estructuras de explotación, empobrecidos por el sistema capitalista que nos gobierna. Hoy optar por los pobres es asumir sus causas, sus luchas, sus opciones. Es aprender a pensar y a creer como ellos, a actuar y luchar con ellos y a la manera de ellos. ‘Ellos’, es decir, los pobres organizados, conscientes, valientes. A ver cómo, en este tiempo de campaña electoral, sabemos discernir en los candidatos las alcaldías, prefecturas y Consejo de participación ciudadana, gentes que han hecho y hacen suyas las causas de los pobres, promoviendo sus proyectos, con ellos, desde ellos, según ellos.

El segundo criterio de acción de monseñor Proaño era unir siempre fe vida, Evangelio y compromiso político. Nos invitaba a “caminar con los 2 pies: el pie de la fe y el pie de la organización popular”. Las características del cristiano consisten en una doble pertenencia: a la comunidad cristiana y a la organización popular. Un bautizado no puede limitarse a rezar e ir a misa. En Santa Cruz destacaba escrito en una pared el objetivo de la diócesis: “Ser un Iglesia que construye el Reino desde los pobres”. La fe de Proaño se traducía en pasión por el Reino. Por eso fomentó la organización de los pobres tanto en la Iglesia como en la sociedad.

El tercer criterio de monseñor Proaño era: fomentar el protagonismo de los pobres. Fue a la vez un líder religioso y un líder social. Nos decía que la misión de la Iglesia es la organización de los cristianos en comunidades de fe que luego se solidarizan con los comités barriales, los sindicatos, las organizaciones populares, los partidos políticos. “Vislumbro, decía monseñor Proaño, que la organización indígena es una alternativa de sociedad tanto en lo económico como en lo político”. Por eso ayudó a los indígenas del Ecuador a despertar, valorarse, expresar su cosmovisión, motivándolos para tener su propia organización afín de incidir en las estructuras sociales, políticas y económicas del país. Participó de sus luchas, a veces encabezando sus manifestaciones. ¿Cuándo veremos nuevamente obispos encabezando las luchas y manifestaciones de los pobres para sustituir el maldito neoliberalismo que nos gobierna?

Monseñor Proaño es un modelo deslumbrante de líder eclesial y social, por eso en toda América Latina y en Europa se lo conoce como “el profeta de la Iglesia de los pobres” y “el obispo de los Indios”… Las y los que admiramos a monseñor Proaño, debemos seguir las huellas que nos dejó, clarísimas. La civilización del Bien vivir es la meta que hay que comenzar o continuar a vivir en nuestras familias, nuestras comunidades, nuestras Iglesias, nuestra vecindad y nuestro Ecuador entero.

¡Quiera Dios que así sea, con la bendición de Proaño!

Pedro Pierre

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